A veces hemos escuchado muchas bromas picantes o rojas de la boca de un tipo que no sabe cuando parar las bromas. Muchas veces se debe al alcohol. Pero en ciertos casos el alcohol no es el causante de este tipo de impertinencias, el causante puede ser una dolencia cerebral.
Los médicos la conocen como Witzelsucht, la enfermedad del chiste.

La mejor evidencia es el caso del paciente K.S. En el 2005, un grupo de médicos taiwaneses publicó un estudio realizado a un hombre que había sufrido un paro cardíaco tras pasar la noche jugando Mahjong, una especie de solitario chino.
Para sus familiares K.S, era un hombre de buen humor pero nunca se había extralimitado en presencia de una mujer.

Después de haber sido dado de alta, se veía un comportamiento extraño en K.S, estaba eufórico, extrovertido y hablaba demasiado. Tanto que era necesario interrumpirlo para mantener el hilo de la conversación. Se mostraba ocurrente y divertido, pero con una cierta tendencia a la exageración.

Pronto mostraba rasgos de hipersexualidad, que lo llevaba a decir cosas obscenas cuando había mujeres cerca. Tenía el impulso de contar chistes inapropiados, obscenos, y por otro lado es incapaz de reírse de los chistes que le cuentan.
Después de algunos estudios, se encontró que K.S tenía un tumor de 8 a 10 milímetros en el lóbulo derecho, a causa de esta dolencia adquirió la enfermedad del chiste.